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eBook Cada cual muere por sí mismo
- Ciudad Real, Castilla La Mancha, España
- 1 semana ago
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Un alma cercana a la Tierra que todavía no se puede conformar con la muerte de su cuerpo, y que todavía permanece entre sus familiares que están de luto, tendrá que reconocer alguna vez de forma dolorosa que éstos ya no la pueden escuchar.
Los que están “vivos” hablan y comentan sobre el llamado muerto y no notan que a sus oídos llegan las ondas de las palabras del alma agarrada a la Tierra, que dice, por ejemplo: ¡Eh, que estoy vivo! Se habla del alma como del “muerto”, cuando en realidad ella vive. Las ondas que el alma emite a los oídos de sus familiares ya no son percibidas por ellos, pues los que están “vivos” se preocupan más de la materia, de la muerte y el muerto, en lugar de la vida, que no conoce ninguna interrupción.
Debido a su ignorancia, para muchas personas la materia es lo único que cuenta; ellas piensan y se comportan según el lema: “Ahora es cuando vivo –después de mí, el diluvio”. De forma similar pensaba tal vez la persona cuya alma ahora no tiene cuerpo y que se encuentra en los ámbitos intermedios. El “diluvio” del sentirse abandonada y de saber de repente que ella, el alma, vive, parece que arroja a muchas almas a una extrema necesidad, al desamparo y a la desesperación; se sienten desorientadas y no saben qué hacer.
Muchas se agarran entonces a la envoltura activa de su alma, en la que está grabada una parte de su pasado, justamente la parte que ahora mismo está activa. En esta envoltura, que se asemeja a un capullo, viven –y siguen viviendo en las imágenes de su pasado. En esta vida de capullo se encuentran sus familiares y amigos. Ahí dentro están grabadas imágenes de los tiempos de juventud y de una edad mediana, imágenes que muestran el quehacer diario en la Tierra en sus diferentes facetas; ahí dentro se mueven muchas almas cercanas a la Tierra, almas que cuando estaban encarnadas se ocupaban sólo de sí mismas, de sus deseos, de su voluntad propia.
Si el material de imágenes que existe en el capullo no es suficientemente amplio como para satisfacer al alma, más de una alma busca entonces un canal para gozar de su mundo de deseos. Si el alma ha encontrado a una persona que tiene disposiciones parecidas a las suyas, intenta influenciar a esa persona y vivir a través de ella. La persona está en ese caso “poseída” o ha sido “ocupada”. Precisamente en nuestro mundo actual, en el que cada vez más personas se entregan al materialismo, es decir, pasan su existencia en la superficialidad externa, tales intentos de enganche de seres humanos por parte de almas no son escasos. Y más de un alma tiene éxito.
Hay personas en esta Tierra de las que cuelgan como racimos almas atadas a la Tierra, almas de vibración baja que no tienen otra intención que a través de la persona gozar de la energía que en su vida terrenal les servía para lograr sus deseos, su embriaguez, para satisfacer sus pasiones, apetitos y vicios de todo tipo.
La mayoría de las personas reprimen los pensamientos sobre el morir y la muerte. No obstante, es absurdo reprimir aquello que nos pertenece y pertenece a nuestra vida en la Tierra: la hora de la muerte. Queridos amigos, cada uno de nosotros se encontrará alguna vez frente al umbral de lo que se llama morir. ¿No sería mejor si nos ocupásemos de ello con tiempo suficiente, antes de que en la hora X seamos conducidos fuera del cuerpo y caigamos en lo incierto llenos de terror?
Español
Ref. B368es
ISBN 978-3-89201-984-8
e-book
4,99€
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