El buscador de la verdad, que toma en serio las Bienaventuranzas de Jesús en Su Sermón de la Montaña, no exigirá su derecho, sino justicia; porque un derecho es algo unilateral, mientras que la justicia equilibra. Si tenemos hambre de justicia de Dios, también menospreciaremos cada vez menos a nuestro prójimo, incluso si él habla mal de nosotros. Nos examinaremos para ver en qué puntos tiene razón, y luego también dejaremos que se haga justicia.
Y si no pudiese comprender algunas de las Bienaventuranzas, acuda a los Mandamientos de Dios. Léalos y se encontrará a sí mismo en alguno o algunos de los Mandamientos: en ese momento sentirá un movimiento interno. El contenido de las palabras de ese Mandamiento –tal vez precisamente hoy, tiene algo que decirle a usted en particular.
Entonces también comprenderá, por ejemplo, esta afirmación: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados”. Tener hambre y sed de la justicia significa tener hambre y sed de la Verdad. La Verdad es siempre Jesús, el Cristo. A Él hemos de seguir y nunca a un ser humano. Y quien en ese sentido tenga hambre y sed y cumpla paso a paso los Mandamientos de Dios, también será paulatinamente saciado, porque ser saciado significa que recibe cada vez más la luz de los Cielos. Nunca quedará totalmente saciado de ella, pero se le dará de beber, lo que equivale a decir se saciará de la gran Luz, que es nuestro Guía, y que nos quiere tomar de la mano.
Por tanto, si quiere, ¡déjese guiar! Aprenda a alcanzar la victoria sobre sí mismo, sobre lo oscuro. Entonces recibirá luz y más luz, y le irá de día en día mejor. Le saldrán bien muchas cosas en las que hasta la fecha había obtenido resultados insatisfactorios. ¿Por qué? Porque tiene a su lado al Guía, porque se deja guiar.
Ahora se podría objetar: “Pero el mundo es diferente”. Sí, este mundo no solamente es diferente, no sólo se ha apartado de la ventana de la Verdad, sino que además ha cerrados sus cortinas. Pero usted no necesita dejarse llevar por la corriente. Caminar con Cristo significa r contra la corriente. ¡Inténtelo! La Enseñanza de Jesús, el Cristo, es una enseñanza práctica. No tiene simplemente que creer: la experimentará y recibirá, porque pondrá por obra lo que nos enseñó el gran Maestro de la Sabiduría. Su Sermón de la Montaña es la enseñanza excelsa del Reino de Dios.
Jesús nos enseñó en La Bienaventuranzas, entre otras cosas: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. El tiempo actual es una burla a la enseñanza celestial de la Verdad, A Jesús, el Cristo, que nos enseñó acerca del Hogar eterno, de nuestro verdadero SER. Por las poderosas manifestaciones del Cristo de Dios en la actualidad, sabemos que la Misericordia de Dios es la Mansedumbre. Jesús nos encomendó a los seres humanos que seamos misericordiosos.
Se sabe que un maestro de la ley quería con sus preguntas poner a prueba a Jesús. Jesús respondió con la siguiente parábola: “Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejándole medio muerto. Casualmente, baja por aquel camino un sacerdote y al verle, dio un rodeo.
De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él y al verle tuvo compasión. Acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le montó luego sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.
Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero, diciéndole: “Cuida de él, y si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva”.
Jesús preguntó entonces: “Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los alteradores?
Y el maestro de la ley contestó: “El que practicó la misericordia con él. Jesús le dijo: ´Vete y haz tu lo mismo´.
Los seres humanos estamos en la Tierra para aprender, literalmente desde la cuna hasta la sepultura; porque aprender significa captar, comprender lo que Dios quiere. Y si hacemos lo que Dios quiere, pensaremos, hablaremos y obraremos con justicia. Esos son los valores internos del Sermón de la Montaña de Jesús.
Editorial Gabriele
ISBN 978-84-8251-068-2
Ref.: B397es
Español
E-book
Precio: 4,99€
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