Ebook ¿Quién fue Jesús de Nazaret?

Su infancia y sus años de juventud
“Mi vida siendo el niño Jesús estuvo marcada por la pobreza. También esto fue un símbolo para la humanidad, porque el Señor dijo: “Me encontraréis de forma especial entre los pobres y necesitados. Los de rango y los ricos me causan horror”. Dios, en su grandeza, es humilde. Esto lo demostró en el traje terrenal de Jesús. Él, Dios está en Mí, en un muchachito pobre, que frecuentemente tenía que pasar necesidades y privaciones.

De niño Yo quería estar entre otros niños. Pero como María no estaba bien vista entre los nazarenos, y así tampoco Jesús, ellos nos rechazaban. Los compañeros que busqué entonces no fueron los niños de Nazaret sino los animales. Pasaba horas en la naturaleza hablando con mi amigo –un escarabajo o algún otro animal. En mi corazón Yo percibía la respuesta de los animales. De este modo Me sentía acogido entre ellos. A través de María, Mi madre terrenal, y de la respuesta del mundo animal, el Espíritu de Dios Me condujo en el camino a la consciencia de Dios.

Yo vivía a los animales atados, así como también a los seres vivos del campo y del jardín que rodeaba la humilde casita de Nazaret”.

El muchacho Jesús hacía muchas, muchísimas preguntas a Su madre, María. Jesús, el Cristo mismo, siguió manifestando al respecto lo siguiente: “María no podía contestarme todas las preguntas, pero Me decía: “Hijo mío, muchas personas viven en la esclavitud de su falta de fe. Quien no es libre en su corazón, tampoco tiene comprensión por los animales. El Señor, que vive en tu corazón, te puede explicar sobre eso más que yo, Su humilde sierva”.
El Señor en Mí solo comenzó a hacerse notar cuando María me lo indicaba una y otra vez. “Madre”, decía la siguiente pregunta de Jesús, “¿por qué escuchaba Moisés a Dios y por qué Le escuchas tú? –Yo sé que cuando te sientas silenciosa en el banco delante de nuestra casita, hablas con Dios, nuestro Padre”. (…)

Después de esto María dijo: “Ya es hora, hijo mío, de que te sumerjas en la Verdad, porque Dios, nuestro padre, hace ya tiempo que Te está hablando. Las sensaciones de los animales que tú percibes en ti son también la voz del corazón del Señor, pues nada vive fuera de Él”.

Fue María quien Me condujo a la voz interna, y cuando Yo la percibí, me dio una felicidad que hasta entonces no conocía, lo que quiere decir: Suave es Mi voz, y más dulce que la miel.

El muchacho Jesús fue educado en nombre del Señor y de acuerdo con Su voluntad. La educación era muy sencilla. José, un elevado ser espiritual proveniente del Hogar eterno, igual que María, estaban ambos encarnados en un cuerpo humano pobre. (…) Vivían entre los pobres. Su lenguaje era sencillo, igual que su aspecto. Yo hablaba el mismo lenguaje que mis padres adoptivos y de todos los pobres del pueblo. Solo Mi alma estaba animada por el hálito divino y fue educada en el sentido del Amor y de la Misericordia.

“Cuando me hice mayor y Mi alma pasó de la infancia a la juventud, se manifestó Dios en otras visiones. (…) Mi alma fue educada de ese modo en el Amor y la Misericordia. También de niño tenía Yo fuerzas anímicas que con frecuencia aplicaba mal. También Yo, Jesús pude aprender eso.
La Ley dice. Todo hombre y toda alma serán guiados a través de sus propios errores y debilidades, hasta que los reconozcan y trabajen en sí.

A Jesús no se Le evitó nada. Tuvo que vivir y aprender como todos los demás seres humanos. Así que desde Mi infancia tuve que reconocer mis debilidades humanas y aprender a superarlas, porque Yo era un símbolo para la humanidad. Mi alma fue instruida por el Espíritu del Padre. (…) Mi vida externa transcurrió con tranquilidad, pero tanto más agitada era mi vida interna. Día y noche me venían visiones. Frecuentemente me ponían ante grandes dificultades humanas.

ISBN: 978-3-89201-873-5
Nro. de artículo: B170es
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Precio 4,99€