Encuentra el camino a la luz primaria en ti

Jesús nos enseñó lo siguiente: quien escuche Mi enseñanza y la pone por obra, es un hombre inteligente. Todo ser humano verdaderamente inteligente ha llegado al convencimiento de que él mismo ha de cambiar para alcanzar sabiduría. Esto significa que él mismo tiene que analizarse y aprender para cambiar en el sentido de lo positivo. La verdadera inteligencia es sabiduría, que no tiene nada que ver con la edad, sino con la actitud hacia la vida. Un ser humano inteligente, sabio, que examina su vida terrenal cada día de nuevo, se dará cuenta de que las situaciones, hechos y también problemas no solo incumben al otro, sino ante todo a él mismo. En base a este aprender y al autoanálisis alguna que otra persona ha tomado consciencia de que el lenguaje del día le atañe también algo a ella –sea lo que sea lo que el día le está mostrando.
El correcto aprender quiere decir observar la vida siempre desde la perspectiva de lo que Dios quiere –no de lo que deseamos nosotros, el ser humano.
Para ir captando paulatinamente la vida, que es amor, unidad, sabiduría y libertad, habría que hacerse siempre consciente de que cada uno de nosotros está en el camino de la ampliación de la consciencia. Para ir alcanzando la consciencia para la vida, deberíamos utilizar la ley divina, que es la vida, a fin de poner en marcha el sismógrafo interior, que para nosotros puede ser un acompañante valioso y de gran ayuda, caso de que queramos ampliar nuestra consciencia.
Cuanto más frecuentemente nos unimos a la Fuerza primaria en nosotros, utilizando el lenguaje de la ley de Dios, dirigiéndonos por tanto al potencial absoluto de la fuerza primaria en nosotros mismos, tanto más frecuentemente se hace notar el sismógrafo interior, que durante el día –da igual lo que este nos traiga- nos muestra lo que el día de hoy deberíamos decidir y poner en práctica.
Muchísimas personas viven dejando pasar los días. No conocen sus cadenas de imágenes, los contenidos de sus sentimientos, de sus pensamientos y palabras. Por ello también sus actos y ocupaciones están traspasados e influidos por las sucesiones de imágenes de esos contenidos. Muchas veces la persona no es veraz en sí misma, sino que vive en el campo de tensión de su propio pro y contra, sin ser consenciente de ello. Esto no solo lleva a malentendidos, sino también a apreciaciones y decisiones erróneas en el ámbito personal, y en el lugar de trabajo, a errores de menor o mayor consideración, llegando hasta equivocaciones de grave negligencia.
Quien es consciente de estos hechos, de estos peligros, y quien consagra su existencia terrenal a la Vida, que es Dios, valora el sismógrafo interno, que – si lo tomamos en serio- transportará todo infaliblemente a la luz del día. El sismógrafo, que en su forma de funcionar está emparentado con la conciencia, no hace componendas. No obstante, los seres humanos muchas veces lo anulamos: lo relegamos a algo decorativo cuando, por ejemplo, nos tranquilizamos con la excusa de que él, el sismógrafo interno, no estaba queriendo decir eso tal como lo ha hecho emerger en nuestra alma y de nuestro subconsciente. Así nos confundimos, es más, nos engañamos al fin y al cabo a nosotros mismos.
Quien acepta seriamente y a conciencia la poderosa gran ayuda que nuestro Padre celestial ofrece a Sus hijos humanos, trabajando de forma consecuente con ella, obtiene la certeza de que esta ayuda proveniente de la Ley eterna de Dios no solo purifica sus sentidos, sino que también amplía y afina la consciencia de los sentidos. Con ello puede conducir cada vez mejor su vida terrenal, porque sabe concentrarse y porque con el tiempo también es capaz de analizarse a sí mismo. Esto le aporta progresivamente una visión que comprende en profundidad las cosas y acontecimientos que ocurren en su entorno y también en este mundo; él capta por consiguiente muchas cosas a las que hasta entonces no había tenido acceso o que solo veía con indiferencia o falta de interés.
Todo lo que nos indican nuestros sentidos quiere decirnos algo. Nuestros sentidos emiten gran diversidad de impulsos e influyen sobre nuestro mundo de pensamientos. Investigar a fondo estos procesos específicos forma parte, entre otras cosas, de nuestro día personal, del aprender a partir de nuestra energía del día.

Editorial Gabriele
ISBN: 978-3-89201-790-5
Ref.: B142es
Español
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